Justificación

1er. Congreso Internacional: Revisiones críticas sobre experiencias de intervención con hombres que ejercen violencia contra las parejas y sus familias.

En México, y en diversas partes del mundo existe un problema severo de violencia contra las mujeres y contra otros miembros de la familia (especialmente hacia los hijos, hijas y personas de la tercera edad). La existencia de una cultura que establece roles de género femeninos y masculinos, y su intersección con las diversas desigualdades económicas, sociales, raciales, de diversidad sexual y de otras índole han impactado en la salud mental de las sociedades, particularmente en las mujeres y niños y niñas que viven relaciones de abuso, y en los hombres que ejercen éste abuso, y que incluso la reciben de otros varones. La combinación compleja de estos factores es lo que hay detrás de la violencia de género que se vive en México, en América Latina y en diversas partes del orbe.

A nivel internacional y principalmente en los países denominados como “desarrollados” se ha atendido ésta problemática de forma conjunta entre los sistemas de justicia, de salud, las universidades y las organizaciones de la sociedad civil creando una oferta de espacios de atención a varones con diversos esquemas de intervención. En estos países la atención va desde intervenciones con enfoques psiquiátricos y psicológicos hasta educativos con enfoque de género. En éstas intervenciones en la actualidad se ha manifestado una preocupación por la relación de los programas con los sistemas de justicia y policial, las ventajas e inconvenientes de atender a hombres enviados de forma obligada a los grupos, hay una preocupación por la evaluación de los programas en el sentido de conocer su eficiencia y su impacto en la reducción efectiva de las conductas de violencia de los hombres, y en el impacto real de éstos cambios en la vida de las mujeres.

En América Latina como una respuesta inicial a ésta realidad, la sociedad civil organizada mujeres y hombres relacionados con el feminismo comenzaron desde la década de los noventa a generar iniciativas de trabajo con hombres, y se crearon procesos de intervención dirigidos a varones. Asimismo desde la década de los noventa el movimiento feminista comenzó a impulsar normatividades y legislaciones que han pretendido incidir en detener la violencia en la familia y contra las mujeres. De manera específica en México desde las legislaciones estatales de violencia familiar en la década de los noventa hasta el 2006 cuando se aprobó la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia se han ofrecido diversas iniciativas de atención a hombres que ejercen la violencia contra las mujeres. Debido a esto el Sector Salud –junto con la Sociedad civil Organizada e Instituciones de Investigación- atendieron el mandato legal de ofrecer espacios reeducativos a varones en todo el país. Estas experiencias se suma a aquellas que diversas Instituciones Estatales ya habían creado a finales de la década de los noventa con intervenciones reeducativas de elaboración local y/o intervenciones de corte psicológico.

Una características de las intervenciones en América Latina consiste en que éstas crean marcos teóricos más flexibles y culturalmente diversos en la región. Hay experiencias de intervención muy apegadas a aquellas generadas en los países desarrollados como el Programa de Duluth y la tradición de programas cognitivo conductuales con enfoque de género, y otras experiencias de intervención apegadas a tradiciones psicológicas como la terapia familiar y los enfoques narrativos, así como muy apegados a la psicoterapia individual y grupal. Pero hay modelos que han forjado un camino distinto a éstas intervenciones, y han retomado retos teóricos que estos modelos no contemplaban como la mirada multinivel y multicomponente, problematizar las estrategias de atención con narrativas, ampliar la atención desde aspectos culturalistas, etc. En el Congreso, es importante conocer éstas experiencias y comprender los retos teóricos y técnicos que han encontrado, así como los resultados que han alcanzado. Esto último es relevante porque ni el vínculo con sistemas legales ni policiales han sido una preocupación de éstos programas de ésta región, y ha habido poca tradición de evaluarlas. Un motivo puede ser la falta de recursos y la urgencia de atender la creciente violencia contra la mujer, pero en el Congreso se podría profundizar en ello.

Algo que ha permitido hacer visible la gama de perspectivas, estrategias y programas de intervención con varones tanto de países desarrollados como los de América Latina es que no existe un programa único que resuelva el problema. Esto es, lo que podemos aprender de todas las estrategias de invención es que cada una desde su particularidad aporta a la solución del problema. Y lo hace porque a su vez vislumbra la violencia hacia las mujeres desde una particularidad única. Así, no tenemos un problema (las violencias de género y/o la violencia contra la mujer) sino diversas formas de expresión de la violencia que cambian de contexto en contexto y de cultura en cultura (las violencia de género y/o las violencia contra las mujeres de acuerdo a sus clases, edades, género, raza, etc). Debido a ello es importante ampliar la comprensión sobre el fenómeno que estamos atendiendo: las violencias de género, contra las mujeres, machistas, etc. son múltiples manifestaciones de las diversas opresiones, y el Congreso aspira a ser un espacio que contribuya a validar y complejizar éstas formas múltiples de mirar el abuso y el control contra el cuerpo de las mujeres en general, y en la relación de pareja y la familia en particular.

De ésta forma, creemos importante que en el Congreso las perspectivas legales, psiquiátricas, psicológicas, de género, multiculturales, etc. sean debatidas, comprendidas en su sus particularidades y en sus alcances. Proponemos que ello sea problematizado y complejizado en el contexto de cada enfoque. Se propone integrar perspectivas de corte histórico, sociológico, psicológico, filosófico, pedagógico, antropológico, educativo entre otras disciplinas para reflexionar juntas y juntos la atención –y posible solución- a los problemas de violencias contra las mujeres.

Finalmente, un Congreso con éstas características es pertinente porque al hacer éstas revisiones y debates se podrá aspirar a abrir un nuevo espacio para las personas que se están incorporando a la atención de hombres que ejercen violencia. Los programas establecidos se burocratizan, y se convierten en un “trabajo más”. Asimismo, su implementación tiende a detener la innovación y en no pocos casos el método o el propio manual se aplica como catecismo, sin una comprensión profunda del método. A ello hay que sumar que las evaluaciones en su intento de medir lo que sirve y lo que no, están dejando de lado nuevas maneras de comprender el problema de la violencia de género, de problematizar lo que significa no sólo “las violencias contra las mujeres”, sino además el cambio de los hombres, la construcción de nuevas identidades y la manera en que las conductas que construyen la equidad de parte de los varones brindan nuevas miradas y experiencias a lo que entendemos por igualdad y equidad. Así, en el Congreso aspiramos a abrir espacios que reconozcan las diversas estrategias de intervención. Busca que nuevas personas, psicólogos/as, profesionistas, activistas, etc. se apropien del espacio y ofrezcan desde sus intervenciones sus aciertos, dudas y certezas que puedan enriquecer el trabajo de intervención con hombres que maltratan en la relación de pareja.

Información General del Congreso:

Correo: congreso.intervencion.hombres@gmail.com
Teléfonos: 01 55 – 1107 7797 y 01 442 – 248 1808
Fecha de realización: 7, 8, 9 y 10 de Noviembre del 2018.
Sedes (CDMX):
Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (CU).
Plantel Centro Histórico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Plantel Colonia del Valle de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).